Causas de la artrosis
Según los especialistas, pueden causar la destrucción del cartílago articular: los trastornos metabólicos y hormonales, la mala irrigación sanguínea de la articulación, la predisposición hereditaria a las enfermedades del cartílago, la edad avanzada, los traumatismos y las enfermedades como la artritis reumatoide y la psoriasis. Sin embargo, la causa más común de la artritis es un desajuste entre las tensiones de las articulaciones y la capacidad del cartílago para resistirlas. El sobrepeso, el trabajo de pie, la postura incorrecta y el ejercicio (saltar, correr o levantar pesas) pueden ser los culpables de esta afección.
La artrosis hace que el cartílago articular envejezca rápidamente. Pierde su elasticidad, las superficies articulares se vuelven ásperas y se agrietan. En algunos lugares, el cartílago puede estar tan desgastado que el hueso queda expuesto. Esto reduce la elasticidad del cartílago, lo que provoca un deterioro de la función articular.
La inflamación se suma posteriormente a la artrosis, lo que hace que el hueso se expanda como respuesta. Las articulaciones empiezan a doler y se deforman.
En la artrosis, afecta principalmente a las articulaciones de la cadera y la rodilla. Sin embargo, también se ven afectadas las articulaciones de la columna cervical y lumbar y las articulaciones falángicas de los dedos.
Síntomas de la artrosis
El inicio de la enfermedad es el siguiente: al moverse bruscamente, la articulación cruje y al doblarla surgen sensaciones desagradables.
Si la enfermedad no se trata, con el paso de los años aparecerán dolores al moverse. En la artrosis de cadera, el dolor comienza en la parte superior de la cadera y llega hasta la rodilla, lo que se nota especialmente al caminar. Es doloroso bajar las escaleras y es difícil levantar y bajar el brazo si la articulación del hombro está afectada.
En general, la enfermedad se caracteriza por un dolor que se produce durante la actividad física diurna y que remite durante el descanso nocturno. El dolor de corta duración se produce tras el reposo y cede pronto con la actividad motora.
Poco a poco, la enfermedad progresa: cualquier movimiento empieza a causar un dolor intolerable y la articulación se deforma y pierde movilidad. En esta fase, sólo se puede reducir la inflamación resultante de la artrosis y aliviar el dolor, pero ya no es posible reconstruir el cartílago dañado.
La osteoartritis suele desarrollarse lentamente y comienza con el daño de una articulación, pero con el tiempo, otras articulaciones se ven afectadas, generalmente aquellas que han compensado el aumento de la carga mecánica de la articulación para aliviar la carga de la articulación originalmente enferma.
Tratamiento de la artrosis
Tácticas terapéuticas:
- Reducir la tensión en las articulaciones afectadas;
- reducción de la inflamación;
- Prevención de la progresión de la enfermedad.
Régimen. La descarga mecánica de la articulación es un factor decisivo tanto en la reducción del dolor como en el tratamiento de la artrosis en general. Esto incluye recomendaciones para evitar la bipedestación prolongada en una postura fija, la bipedestación prolongada sobre las piernas, la marcha continua, los movimientos estereotipados repetitivos y el transporte de cargas pesadas, que conducen a la sobrecarga mecánica de determinadas zonas articulares. Caminar con un bastón o muletas es útil en las fases avanzadas de la enfermedad. En caso de dolor intenso, puede mantenerse el reposo en media cama durante la fase aguda.
La dieta. No existen recomendaciones dietéticas patogénicas claras. Un requisito importante en el tratamiento de la artrosis de rodilla es reducir el exceso de peso corporal. Recientemente, se han recomendado suplementos nutricionales (glucosamina, condroitina, etc.), pero su eficacia no ha sido confirmada.
En el tratamiento de la artrosis, los fármacos más utilizados son los analgésicos, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y los agentes con propiedades condroprotectoras.
El lornoxicam es un nuevo antiinflamatorio no esteroideo. Tiene actividad analgésica y antiinflamatoria.
Otros AINE son el ortofeno, el ibuprofeno y el diclofenaco.
La mayoría de los AINE pueden causar daños en la mucosa gástrica y perjudicar la función renal si se toman por vía oral durante mucho tiempo.
Entre los fármacos con propiedades condroprotectoras (protectoras del cartílago) se encuentran los glicosaminoglicanos, pero recientemente se han favorecido el sulfato de glucosamina y el sulfato de condroitina.
Si no se puede detener el proceso con los fármacos anteriores, se puede inyectar hidrocortisona, metilprednisolona, triamcinolona y betametasona en la cápsula articular. Los analgésicos (novocaína, lidocaína) pueden administrarse junto con los glucocorticoides y su efecto se ve aumentado. La inyección de aprotinina tiene un efecto positivo en el metabolismo del cartílago.
Los métodos de fisioterapia ampliamente utilizados para el tratamiento de rehabilitación de la artrosis reducen el dolor, la inflamación y el espasmo muscular, mejoran la microcirculación y tienen un efecto positivo en los procesos metabólicos de los tejidos articulares. Otros métodos utilizados son la irradiación ultravioleta, las corrientes eléctricas, los campos magnéticos alternos, la electroforesis y la fonoforesis de medicamentos conjuntos. Se indican tratamientos térmicos que incluyen aplicaciones de parafina, ozoquerita, lodo de limo y lodo de turba. En ausencia de sinovitis, los baños de mar, radón, sulfuro, bischofita y yodobromo son eficaces. La electroestimulación se recomienda para fortalecer los músculos.
Si el dolor se mantiene durante mucho tiempo y no puede tratarse con los medios tradicionales o si la función de la articulación está muy deteriorada, puede aplicarse un tratamiento quirúrgico, sobre todo en las articulaciones de la rodilla o la cadera. La sustitución endoprotésica de una articulación es una operación radical. Las endoprótesis en las que el nodo de deslizamiento consiste en un par de metal-polietileno están bien probadas.